'Mil soles espléndidos' y la sororidad

Año de publicación: 2007

Editorial: Salamandra.
Puntuación:⭐⭐⭐⭐⭐  

Sinopsis: 
Hija ilegítima de un rico hombre de negocios, Mariam se cría con su madre en una modesta vivienda a las afueras de Herat. A los quince años, su vida cambia drásticamente cuando su padre la envía a Kabul a casarse con Rashid, un hosco zapatero treinta años mayor que ella. Casi dos décadas más tarde, Rashid encuentra en las calles de Kabul a Laila, una joven de quince años sin hogar. Cuando el zapatero le ofrece cobijo en su casa, que deberá compartir con Mariam, entre las dos mujeres se inicia una relación que acabará siendo tan profunda como la de dos hermanas, tan fuerte como la de madre e hija. Pese a la diferencia de edad y las distintas experiencias que la vida les ha deparado, la necesidad de afrontar las terribles circunstancias que las rodean —tanto de puertas adentro como en la calle, donde la violencia política asola el país—, hará que Mariam y Laila vayan forjando un vínculo indestructible que les otorgará la fuerza necesaria para superar el miedo y dar cabida a la esperanza.

Reseña:

Por recomendación de dos amigas he leído este magnificó libro que ha puesto al descubierto que no sabía absolutamente NADA del país (Afganistán), ni de su cultura, ni de cómo llegó la desgracia. 

"Eran incontables las lunas que brillaban sobre sus azoteas,

o los miles soles espléndidos que se ocultaban tras sus muros".

Me fascina cómo a través de dos protagonistas de diferentes edades y antecedentes que son polos opuestos, el autor nos narra los cambios sociales y políticos del país desde las décadas de los 60 hasta principios del 2000: de ser un país en auge, donde estaban permitidos los cines y el arte, donde las niñas iban a la escuela y después podían ir a la universidad y trabajar...pasaron a los burkas, a las prohibiciones absurdas (como prohibir todo tipo de arte, música y canto), al analfabetismo de la mujer, e incluso a la prohibición para la mujer de reír en público. Y por ende...la mala vida que tienen los niños rodeados de tanta violencia y hambre.

"Aprende esto ahora y apréndelo bien, hija mía: como la aguja de una brújula apunta siempre al norte, así el dedo acusador de un hombre encuentra siempre a una mujer. Siempre. Recuérdalo, Mariam".

Pero sobretodo, este es un libro que habla sobre dos cosas: 

1. Cómo la guerra llega para nunca irse y destrozar un lugar que tenía tanta belleza y tanta cultura.

2. En medio de la guerra, en medio de tanto machismo y misoginia, aún puede haber cariño y apoyo. Es un relato de cómo la sororidad puede salvarnos mutuamente en un lugar lleno de odio y desconfianza.

Por último, alabo el trabajo del escritor, quien tiene una manera de escribir muy fluida y sin recrearse en los detalles más crudos y morbosos. Cuenta lo justo y necesario, y nada sobra o falta. Y también alabo cómo ha escrito sobre mujeres que me han resultado muy reales, vulnerables y a la vez fuertes, y de cómo denuncia el trato que se les ha dado y aún se les da.
Así que es muy obvio que en el futuro leeré más obras de este autor. Darlo por hecho.

Extra: 

Como dato curioso, el escritor nació en Kabul en 1965, pero en los 80, por la invasión soviética, huyó del país junto a su familia y se asentaron en USA. Allí estudió medicina, se convirtió en escritor y en 2006 fue nombrado Enviado Especial de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Y para más impacto, os animo a visitar la página web Muhimu del creador Mohammad Qayoumi, quien también creció en Kabul en los años 60 y 70 y ha colgado varias fotografías para que la gente tome conciencia sobre lo que ha sucedido en Afganistán. Es increíble cómo pasó, sobretodo Kabul, de ser un lugar dónde se estaba avanzando y era muy bonito a lo que es ahora por culpa de décadas de guerra y el régimen talibán.